Acción
La poesía vuelve a resplandecer
con las manos que
viran hacia un lado u otro
para conectar con el flujo.
Mareas bajo la tutela de la luna.
Juzgados.
O absueltos.
Brillante como la cuchara de un postre.
Allí, vigorosa y desalmada
abriendo camino
para calmar a los apóstoles del miedo.
La poesía
que desencadena
ata terca de nada.
Esa que estrella contra el ojo.
Da talla-ga y empieza a surgir
de los mejores retiros.
La mística.
O la cerveza.
La social-coba o la que
cada noche emite un pequeño gorgoteo
en una máquina de hospital.
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