Por si no lo sabías...

Aunque tú no lo sepas
representas
todas las treguas de las guerras escritas en papel.
La tez del matorral meciendo
entre las arterias, las ganas de este amor con cara de buzo.
La forma que he tenido
de mirar al espejo para vencer el miedo
a la enfermedad.
Al ruido que acontece en mis oídos
que parece un metro dormido en mi cabeza.

Aunque tú no lo sepas,
en estos días de mordeduras de araña,
el bastión para el abandonado.
La brújula en noches de desconcierto,
con jugadores de rugby
demoliendo las escaleras de salida, y allí
tú, ingrávido, con el aroma olivar de la mañana
soportando cada tabique roto de mi vida.
La luz luciérnaga, mi mariposa negra,
mi funda, mi canción de buenas noches.
Aunque tú no lo sepas,
en este confinamiento, has sembrado en mis ojos
la fe necesaria para no tirar la toalla.
La mano trabada a un abrigo.
El peaje de un hombro. La calma necesaria para leer 
sin que temblasen las piernas

Tú, etéreo, aceite del candil.
El precursor que acontece.

Christian Schloe

Comentarios

  1. Te sentó bien el confinamiento, el poema lo demuestra, me parece excelente. Claro que teniendo alguien así en la mirilla debe ser lo normal. Enhorabuena.

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  2. Lo que se mira a través de una mirilla, está fuera de nuestro alcance, porque está inverso, detrás del portal.

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