El miedo de las fisuras

El viento tacaño de hojas,
la ha aprehendido contra los árboles, esta noche.
A balazos, de boca.
Con temeridad agita lo inmóvil.
Y la farola centellea ante la impotencia.
De ver la enfermedad en quien amamos.
La voz meteorología metida en una sintonía
de Transilvania.
Quizás mañana nieve y los niños parirán muñecos sin bufandas.
Las bolsas en secreta conspiración,
la hojarasca que desea libre el ciclo término.
De un invierno rebelde. Rebelde con los espacios,
existentes en su mutismo en las ventanas.
Qué ahora lastimosos se cuelan
como comensales de una fiesta blanca.
Tengo un sueño.
Y la ráfaga inquietante
seduce al insomnio de las calaveras.
Porque de la destrucción nace la belleza.
Del abrazo al matorral.
Para que de nuestras heridas los nombres cuajen en topos y raíles.
Después el mar sacará el émbolo de saber que el despertador es un amanecer falso.
Y que lo evidente se convierte en peligro.
Amar tiene quejas.

Comentarios

Entradas populares