Sabotaje

Me pregunto si un maniático
es feliz junto a mi vera,
y si perpetuamente
en tensión está.

Le molesta que coloque la silla
despegada de la pared.
Y que algún pañuelo
se haya precipitado contra el suelo.

Le molesta toda yo.
Y ya no sé que hacer con los malabares.
Ni con mi nariz de payaso.
Ni la corbata de fieltro.

Me siento pequeña mota de jardín
estúpido.
He aguardado innecesaria
un abrazo espontáneo.
Un te quiero, un gracias.
Un beso furtivo.
Pero nada, sólo soy una sirvienta
coreana.
Un perro esperando su croqueta.
Un payaso sin circo.
Porteadora de recados.
Y muda no ha llovido ni un cariño.
Y en la pantomima
me quedo quieta
en medio de una calle clorada.

Sólo le he visto sonreír
cuando ha mirado el móvil
y no sabía que yo estaba
al borde del precipicio.

Esperando su respuesta.
Y toda llena de recortes
porque su severidad es insostenible.

Despierta, te toma el pelo.

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