Boomerang

La vida nos fragmentó
en pedazos de pan y nos
repartió del mejor modo
que supo el destino.

Quedamos mancos, añicos.
Sin dueño y el aprendizaje 
fue duro, una guerrilla dentro de un red
trabados en la lucha de sobrevivir
a la ausencia, al abandono, a la pesca.

Cada ser se dividió, y las primeras noches
fueron infernales. Y tuvimos
que admitir que ese proceso
era el inicio de un cambio.

Él fue un nido, un peaje. Y el trueque
costaba el propósito de enfermera.
Me convertí en sombra,
dejé mis aficiones
para disfrazarme de puma.
Acomodo presente
de guerras clásicas.

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