Pequeños pasos rítmicos del corazón.
Fue en Benimaclet (Café Cronopio) en una tarde llena de fogatas anímicas donde nos reunimos diferentes poetas con un denominador común, la denuncia social y el espíritu combativo. Será que ahora más que nunca la voz femenina en la poesía, que por imperativos sociales-culturales, de educación e intereses políticos y jerárquicos hizo que quedara relegada en el silencio de sus labores. Renace en formato de sirenas que no necesitan apresar a Ulises, sino ser independientes con piernas de carne y hueso.
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