Salir corriendo.


 En el colegio, era la niña, que jugaba sola. El confinamiento me ha aislado. Incluso, he evitado por cierta agorafobia presentar mi libro. Ayer ponerme delante de "cien corazones" fue un valiente ejercicio. Salir del entorno de la ciudad, y vociferar el miedo a través de la palabra y de la creatividad fue el recuerdo para los exiliados, sabia que el encierro y la falta de contacto me habían pasado factura. En el colegio, era la niña, que jugaba sola. 

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