Rata-loca
Han cosido la boca
antes de que el sol tuviera el oficio de abrir a las montañas
la vista.
Con este estor que aprisiona
el hálito
de contener el recurso fácil,
de ver a los nuestros
en un parador vetusto de hipocondría y de.
Sales de baño con la sedación de los instintos,
te cubres de dispositivos móviles
que encharcan la autonomía del que sueña correr
en las olimpiadas de su pueblo en una silla de teclas.
Te vacías de gérmenes, cuando las flores podridas
emanan la mejor de las historias.
Quieres gritar, y no puedes,
no te dejan los virus que llevan trajes de chaqueta
ni esta arropea con iconos en fluorescencias.
El amor, es el único que amordazado huele a esponja marina,
a bares, que ahora están más limpios que un confesionario de carretera.
Como la ilusión, desinfectada de tus besos.
acorde con la única y la transacción alpina.
Querer se queda corto sin poder viajar al este;
pero, nos tenemos uno al otro.
Mi careto de cartas y este retrovisor
que avista tongos y tangas faciales.
Así que si quieres ser un héroe, compra un libro,
toca el portal de tu vecina con un detalle (basta una sonrisa visual)
y abraza fuerte al árbol porque este mundo
de faroles pertenece a los que se lanzan
y saben que sin contacto físico mueren los locos,
las ratas y yo.
Comentarios
Publicar un comentario