Gracias por estar conmigo y apoyarme

Sólo tú haces que la bruma sonría
cuando sentados a la mesa
me sostienes con tu índice.
Tus manos que recogen bélicas,
que juzgan con tus labios
y que a los muertos reviven
con absueltas las manchas
que vuelan libremente. Porque no hay
tribuna para la demencia
del que ama sin compromiso.

Comemos cada uno de nosotros
como el soldado que ha derribado una casa.
Sin la mención al perro
que murió bajo las ruedas de un Fiat
o de las cucarachas que anidan
bajo las baldosas del bosque.
En ese cambio de hora no existimos
y somos la purga
de la pena.
Sostienes con tu índice
la esfera del mundo para beber
cubiertos de sal la conversión
de las ciudades antorchas.
Qué importa el nombre de Chernobyl.
El ascensor detenido en el sexto.
La flacidez del sistema.
De la mesa a la cama.
Si entregados el animal gris golpea.
Y no precisa más alimento que la certidumbre
abrasando las pupilas.
El amor. Que muta lirio en cada poro.

Comentarios

Entradas populares