Existen ciudades con pájaros al amanecer

Amanece necio el día
en esta ciudad que me enamoró,
porque al despertar
los pájaros afilando sus cuerdas
trinan como una lluvia acústica
a techos y aleros.
El café aguado y los dioses que descansan,
al dormir aún la política
en sábanas estériles. Y algún perro
paseando a su dueño legañoso
después de la incontinencia.
Esta tierra me gusta.
Así, sin más retortijones de frase.
Castellón me ha dado la calma morfina
a pesar de las bestias que circunvalan
cada rótula, codo y vértebra
de mi cuerpo.
Planicie naranja, cuna de la hija abandonada por su madre.
Flauta de la tos y guitarra de feria.
Aunque la pólvora me haga estornudar
y eche de menos el azul y mis tripas mancas.

Se oyen los pájaros
y a veces me pregunto que si es un buen lugar
para yacer después de la carta de ajuste.
Porque no respirar
donde te repudiaron.
Es el réquiem mijo en la espina de una garganta.
Y aunque sea una falacia
por un segundo pienso que existe mi casa
y me abrazan mis hijos
con el canto
de los pájaros.

Comentarios

Entradas populares