Stitch

Qué te parece
si escribimos un apunte de la razón ida.
De todos los trastos
que unieron nuestra perra existencia.
Del motivo de que un viernes
a las siete de la tarde.
Cayera en la dinámica
de que tú eras el único hombre
del boulevard. Y yo sujetara mi corazón
como una raqueta sin pelota.
Volvamos al río a nadar desnudos de espinas.
Y a compartir
la ciruela con su hueso
para recordar la frescura
de los transeúntes cuando chocan
contra los autos.
He recitado el poema y
he sentido que eres un cabello
puente de estaño.
La letra sobre el escote.
Guardando el equilibrio
con la respiración primate.
Para vernos con gafas nuevas.
Y creer con los ojos de abril
y soñar que mi pabellón  oye tu pecho
y no el vacío de un colchón de espuma.

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