Credo

Crecí al amparo
de una educación "archibeata".
Me enseñaron a amar al prójimo
indistintamente
Y soy capaz capataz
de compartir el pan de mi cuerpo.
No siento ningún serrucho
que coarte la libertad
del sujeto pasivo.
Es tan fácil hacer feliz
que nos complicamos en un pez segundo
a vapulear al externo.
En una sábana de Superman
y manchas de pecado
tan evidentes, que por amar
en polifonía no voy a avergonzar.
Ellas en el coro,
monjil extenuación del momento,
cantaban "amad y seréis amadas.
Compartid y multiplicidad"

Mientras voy a regir el predicado
de las ínfimas lecciones.
Acariciar animales.
Comer con las manos.
Sentir tu sexo.

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