Hermes.

Y me hizo volar
donde las aves no existen
y el cielo cierra en viernes.
Cuando los paracaídas
dormían en el terraplén
y una caricia podía salvar la vida.
Volar, o caer
con las alas de los que
nacieron malditos.
Caer y pensar
que flotando
no duele la precipitación.
Amortiguar el desastre
con los apósitos
de nadar entre las nubes.
Sobrevivir
y ver desde la cúspide
la verdad, la pose
de lo que era más que un hoyo.
Escribir aterrizaje para salir
con la escalera
de las palabras.
Para retomar el vuelo.

Ll.Ll.
                                                    Ilustración de Erika Kuhn

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