La semilla escrita.

El poema posee la paz del mármol,
la aparente frialdad cuajada,
pero, en sus vetas corre la sangre.

Bombea de un lado a otro lado
como un loco herido amando a un semental.

Puede que parezca que hiberne
pero hace que las pupilas se dilaten
y engendren para los elegidos
el símil de un orgasmo.


Reflejos de córneas, ojos equilibristas.
Sudoración perfecta, oído afilando la navaja del recitador, 
cervezas inmóviles, nucas erguidas,
garganta en carraspera,
temblor de manos,
y columnas humanas elevadas como el humo.

El poema impersonal
que el voyeur pone nombre y domicilio,
de transporte urgente con papel de burbuja
para no sufrir las lapidaciones entre tomos estantes.

Muertos resucitados con la lectura
igual que un loco herido
amando a su espejo.

https://sinalefa2.wordpress.com/2009/07/27/eco-y-narciso/
Narciso por Caravaggio.

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