Metástasis.

Será esta certeza la que asesina,
la inevitable verdad
que nunca ha sido aceptada
en caminos turbios escribanos de nuestra quiromancia.

Voy perdiendo la fuerza dentro de esta carcasa,
sólo la palabra es pértiga que acontece
al saber de la limosna escrita
que mi ojos devoran como una pedigüeña
que nota como en su interior
van apagándose las estrellas.

Los marinos no regresan si no conocen
el lenguaje de las constelaciones, 
y el idioma exterminador que hacía uso y desuso
hacia esta sirena conmovedora de árbol,
que de todas las infectadas fue la que salió peor parada,
de la guerra, de los hombre de rostros pintados,
consigo mismo y su fuerza eólica,
borrón de versos,
agudo corte en trasversal en la frase.
Diga si usted en su isla me añora tanto
como lo hace el revestimiento de mis costillas,
aún sabiendo que esta exposición pública
supone mi benedicto a la guillotina.

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