La mirilla.
Un juego de espejos
aventuró desde la retina
dos cuerpos que miraban.
Dos cuerpos que eran
nuestras propias imágenes
entregándose a la luz del rayo.
Avergonzada miré de reojo
y entonces, comprendí
el origen de las especies.
Dos cuerpos amándose
delante del espejo
y ningún mueble
por el medio.
aventuró desde la retina
dos cuerpos que miraban.
Dos cuerpos que eran
nuestras propias imágenes
entregándose a la luz del rayo.
Avergonzada miré de reojo
y entonces, comprendí
el origen de las especies.
Dos cuerpos amándose
delante del espejo
y ningún mueble
por el medio.
Ya era hora!
ResponderEliminarBuenas noches, ya era hora de qué?
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