The game.
Querido Corsario:
Si usted
pretende
con su lenguaje
de estrella, nubes, viento rozando el rostro
y otros magnetoscopios
de poeta de bragueta
a su catre demagófico
conducir,
ha de saber que da palos de ciego
y que ni Lazarillo de Tormes
le guiaría a buen queso.
Acaso
desconoce usted,
que este ripio de pareados
cajón con cor don,
pitada de con fin
sin fin.
No le lleva
a subirme ni un ápice de testosterona,
eso sí,
el use y disfrute de esos pequeños ratones
y el cascabel de hombre de norte,
no me hace ascos,
pero poseo un problema,
caminante de crucero
y explorador:
el garage clausuró por falta de coche.
Necesito un amor fuego
como el que arde en los contenedores
y es lanzado en las barricadas
por capuchas de Silos.
Por mucha nube tricotada,
corazón de melón y peras.
El alegato que su señoría hizo
que la política no le interesa
y continuara con su percusión
de nube rosa, estrella, luna y fosos común.
Le convierte
en un estrellado raso de nulo.
No me pone.No me pone.
Al menos me divierte.
Tengo más de cuarenta años
y a las doce de la noche
no se toman helados.
A no ser que la guinda la llevase servidora dama
entre las piernas,
no creo en las hadas
creo en la lucha armada de versos.
Quiere jugar.
Bienvenido a mi juego.
Hay una pequeña errata que convendría rectificar, me refiero a que ha de saber.
ResponderEliminarMás que nada por si amparándose en el caso, no hace ni ídem el interpelado.
Muchas gracias Julito voy a corregirlo. No lo vi. Eres un amor.
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