sin título.

Hay días que la amnesia me acompaña,
hago cola en el supermercado,
me pongo las medias derechas
y hasta suspiro sin ese dolor en el lado izquierdo.

Días que un hombre templado
que acabo de conocer justo antes de subir a un tren (destino Semilla)
me pide compartir viaje
y le doy una negativa por respuesta.

Con horas que se deshilachan por minutos, 
donde no me acuerdo de tu nombre
y hago piruetas con el dedo en la ventana
escribiendo gotas de lluvia.

Luego la tarde, con ese ahogo de luces,
donde cada farola espera su disfagia
y sigo con mi carcajada pendiente abajo.

Cierro tarros, plancho líquenes
y soy etérea como la pluma de las gallinas,

escribo poemas a migas de pan,
y ceno páramo en un rincón 
de una habitación sin arritmias.

Pero cuando cierro los ojos
como en una maldición periódica,
fase lunar de mi desdicha,
añoro tu peso avergonzada
del tiempo transcurrido
que no cierra yaga galgo

me 
acuerdo 
del 
elefante.




Comentarios

  1. qué poema tan añorante en su ritmo crepuscular

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  2. La logotomía debe ser servida en delgadas lonchas lógicas.
    Por contra a la lobotomía le va más el grill con guarnición.

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