Halitosis
Las cigüeñas han aparecido,
sus alas, migraciones del deseo,
cosían en el aire un bordado antiguo
de pétalos azucenas.
Yo hubiera ido corriendo hacia tu casa
para avisar de la bienaventuranza
de un hilo, que invisible
sutura este amor infinito
que recae como una cuerda
del árbol.
Te amo, a pesar de este periplo
de calendarios
estupefactos y egocéntricos.
Y me gustaría que de mi boca
un pájaro asomara raudo
para que comprendieras
que este sentimiento de transhumancia
toma café
y un chorro de veneno.
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