Estrés
El cansancio se ha vuelto un habitante
de cada diurna de codo anochecer,
porque quiero permanecer despierta
hasta el final de la película,
pero mis ojos son cerillas
y apenas, se han apagado;
el despertador, fabricado en Corea,
volverá a chillar lo insuficiente
para que recuerde
que con mi escudero de la fatiga
y un hidalgo portento,
mejor no ir a ningún sitio
y ver atardecer en una taza de café.
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