Flama

El incendio parecía una instantánea.

Un cuadro de Goya en el prado (esperando la sentencia de los invasores),

boca de dragón abierta = Anunciación hacia la puerta de un club de alterne.

Infierno, infierno, infierno.

El verde paralítico

no podía correr al auxilio de la paz.

De las ubres de agua.

El mar, otra agónica 

en la sequedad. Muerte que difiere de este crematorio visual.

Sangre abrasadora. Especulación del demonio.

Bajo la cúpula de humo

que amparaba el desastre ecológico.

El señor de la gasolinera riega con una manguera toda la estación.

Riega, riega y riega.

Qué ilusa

la mirada de la fe internauta.

 






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