La reina es coja.

Cuando perdí
la pierna izquierda.
El desnivel fue evidente.
A pesar, de los esfuerzos a adaptar cacharros que pudieran sustituir dicho extremo.
El bastón no logró cumplir las expectativas.
Coja, jodidamente coja.
Con desnivel.
Un gallo.
La curva.
El deseo de ir y no poder llegar.
Ya que una pierna
izquierda es muy importante.
Te sientes desamparada con un pie,
como un botón en el piso
de una feria.
Y te puedes poner delante del espejo.
Y hasta dibujar una pierna izquierda
con colores y la cicatriz de la rodilla.
Pero, no vas a ningún andén.
Siempre el traqueteo de tu cojera
impide oír la música.
Un poeta sin su pierna izquierda.
Escribe descompasado.
Paso y golpe.
Peso y estaca.
Contra el suelo.
Luz-traga de la gente. Llana-ave
del cacareo de los gatos.
Porque en ella está el corazón sin bolsillos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Reseña de "Hasta dónde el daño" de Fer Gutiérrez

Reseña "Piscina del Oeste" de Ágata Navalón

RESEÑA "BLANCO ROTO" by AMELIA SERRALLER