Estepa o Estepona
Me dejó
con un revólver
cargado de munición desechable.
Palabras insulsas, punzones
que disparados bordaban en las paredes
las frases que los cobardes
van fabricando. Con un ir y venir,
de teleférico. Y un vestido azul
reflejado en la puerta de un hotel de provincia.
Luego llegaron los vuelos,
la amnesia. Y los pájaros
que procreaban cada primavera.
Y nos hicimos más viejos y sabios.
Y olvidé donde había guardado
el revólver, el recuerdo de los vasos vacíos
en la barra de un hotel de provincia,
la educación y el protocolo
para no mandar a Siberia
todo aquello que nos aniquila.
Matar lo muerto.
Qué complicado menester.
con un revólver
cargado de munición desechable.
Palabras insulsas, punzones
que disparados bordaban en las paredes
las frases que los cobardes
van fabricando. Con un ir y venir,
de teleférico. Y un vestido azul
reflejado en la puerta de un hotel de provincia.
Luego llegaron los vuelos,
la amnesia. Y los pájaros
que procreaban cada primavera.
Y nos hicimos más viejos y sabios.
Y olvidé donde había guardado
el revólver, el recuerdo de los vasos vacíos
en la barra de un hotel de provincia,
la educación y el protocolo
para no mandar a Siberia
todo aquello que nos aniquila.
Matar lo muerto.
Qué complicado menester.
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