ZIG-ZAG.
I
Día tétrico,
de candados
que impiden
caminar.
II
Sentada en un bordillo,
concebí la metamorfosis
de mil moléculas
que avanzaba mácula
con el gris
en mi cuerpo
cebándose
en una posición irregular.
Fragmentos de granito.
Sentada
con suspiro fuelle,
observando
los veloces autos
con la misma dirección de mis pensamientos.
Llevo tiempo
en la encrucijada
de no saber si tirar al monte
como cabra mallorquina
o volver al azul escama.
Llevo tiempo circular,
con un sendero de pescadilla
que se muerde la cola.
Y en peldaño,
sobre las ansias:
aletas,
he sido la escalinata
donde pisaban los ausentes
destino arriba,
conjuro abajo.
No sé que dirección,
mojo el dedo con saliva
y lo levanto como hacen los pescadores,
buscado la brisa adecuada.
Izo velas o saco algas
como vellosidades sin depilar en mis piernas.
Sentada
en la estructura osea
de una escalera.
Buscaba el sentido.
Y sin tu amor,
la brújula
es un timón
amarrado a las entrañas.
Hoy lancé semillas,
alguna brotará en su empeño a ser vida,
lo sé,
mi tiempo en este muelle ha terminado.
Una lágrima lo dice
al oído.
¿Y los libros, y mis dos áloes veras y mis amigos o conocidos?
Lo siento no tengo peaje
son un ciclón
sobre roca planchada
por eso no tengo apego a las cosas,
antes de que se desprendan
las pieles melocotones,
antes que siga sintiendo inmueble
en el ruego,
antes que se llene de más viruta
y nunca más pueda volver
a volar.
Sentada en la mediana
fui jardinera de azaleas.
Acostumbrada a ser buñuelo.
III
Día funesto y demencial
cada cadena
eran un paso hacia delante.
Día tétrico,
de candados
que impiden
caminar.
II
Sentada en un bordillo,
concebí la metamorfosis
de mil moléculas
que avanzaba mácula
con el gris
en mi cuerpo
cebándose
en una posición irregular.
Fragmentos de granito.
Sentada
con suspiro fuelle,
observando
los veloces autos
con la misma dirección de mis pensamientos.
Llevo tiempo
en la encrucijada
de no saber si tirar al monte
como cabra mallorquina
o volver al azul escama.
Llevo tiempo circular,
con un sendero de pescadilla
que se muerde la cola.
Y en peldaño,
sobre las ansias:
aletas,
he sido la escalinata
donde pisaban los ausentes
destino arriba,
conjuro abajo.
No sé que dirección,
mojo el dedo con saliva
y lo levanto como hacen los pescadores,
buscado la brisa adecuada.
Izo velas o saco algas
como vellosidades sin depilar en mis piernas.
Sentada
en la estructura osea
de una escalera.
Buscaba el sentido.
Y sin tu amor,
la brújula
es un timón
amarrado a las entrañas.
Hoy lancé semillas,
alguna brotará en su empeño a ser vida,
lo sé,
mi tiempo en este muelle ha terminado.
Una lágrima lo dice
al oído.
¿Y los libros, y mis dos áloes veras y mis amigos o conocidos?
Lo siento no tengo peaje
son un ciclón
sobre roca planchada
por eso no tengo apego a las cosas,
antes de que se desprendan
las pieles melocotones,
antes que siga sintiendo inmueble
en el ruego,
antes que se llene de más viruta
y nunca más pueda volver
a volar.
Sentada en la mediana
fui jardinera de azaleas.
Acostumbrada a ser buñuelo.
III
Día funesto y demencial
cada cadena
eran un paso hacia delante.
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