CAÑA DESDE LA IGNORACIA
Nuevas corrientes filosóficas
hablan del poder de dar por...
qué la sublemacia del ente queroseno
se divide en tres continentes:
frontal, occipital y precipicio.
II
Está todo en la mente,
somos lo que comemos,
atraemos lo que pensamos.
Nunca una negación por respuesta
es el positivismo de las pilas,
del aceite al fuego,
de las moléculas cachondas
y el peso atómico de las acelgas
en estado gravitatorio.
Falacias.
El ser humano se destruye a sí mismo
en la cólera del ser supremo
fabricando supremas de bacalao.
Sí, que bonito es el abrazo hermano,
lo practicamos entre los que bebemos en los festejos,
consumistas por kilos del hedonismo universal.
Nos comimos a los dinosaurios,
mordemos océano a las costas,
parimos sin dolor
y frecuentamos los ciber sexos.
Sí.
O no...
Todo lo que soy
es lo que pienso.
Yo puedo, podemos.
Mira,
no creo que un niños de seis años
en Nigeria con los ojos minados de moscas,
como pepitas uva,
y su vientre contaminado
por las destrucción de sus recursos naturales
a cambio de vidas,
le pase eso,
por cuestiones tántricas.
Supongo que le darías un insecticida.
III
Cambio, cambio, cambio
la soledad por un billete de autocar
que me lleve donde realmente sea necesaria.
Qué distinto es nacer en Costa Rica
que en costa pobre.
Lamentable mente.
hablan del poder de dar por...
qué la sublemacia del ente queroseno
se divide en tres continentes:
frontal, occipital y precipicio.
II
Está todo en la mente,
somos lo que comemos,
atraemos lo que pensamos.
Nunca una negación por respuesta
es el positivismo de las pilas,
del aceite al fuego,
de las moléculas cachondas
y el peso atómico de las acelgas
en estado gravitatorio.
Falacias.
El ser humano se destruye a sí mismo
en la cólera del ser supremo
fabricando supremas de bacalao.
Sí, que bonito es el abrazo hermano,
lo practicamos entre los que bebemos en los festejos,
consumistas por kilos del hedonismo universal.
Nos comimos a los dinosaurios,
mordemos océano a las costas,
parimos sin dolor
y frecuentamos los ciber sexos.
Sí.
O no...
Todo lo que soy
es lo que pienso.
Yo puedo, podemos.
Mira,
no creo que un niños de seis años
en Nigeria con los ojos minados de moscas,
como pepitas uva,
y su vientre contaminado
por las destrucción de sus recursos naturales
a cambio de vidas,
le pase eso,
por cuestiones tántricas.
Supongo que le darías un insecticida.
III
Cambio, cambio, cambio
la soledad por un billete de autocar
que me lleve donde realmente sea necesaria.
Qué distinto es nacer en Costa Rica
que en costa pobre.
Lamentable mente.
me encanta tanta realidad poética
ResponderEliminar!Bravo escritora
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuchas gracias Celia de verdad.
EliminarConsigues hacer que me interese la poesía.
ResponderEliminarhttp://pepitas-de-oro.blogspot.com.es
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
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