LAS COMETAS FUJIN Y RAIJIN.
Los días de viento
la gente se resguarda como los caracoles,
en cambio una, que es signo de aire,
le gusta sentirse partícipe
del intercambio de pólenes
que fecundan en la retina,
flores, frutos y volantes
entremezclados engendran.
II
En esta bacanal de esporas
siento como el árbol
con copa rebelde,
ante el azote de una ráfaga,
quiere arrancar raíces
y se queda en suspiro.
III
Fui
demasiado salada
para el mar.
Por eso ha muerto.
IV
Declarada como zona catastrófica
cada polvareda
que levanta faldas
y excita al molino.
Un desierto
sin arenal
que ha emigrado
en una veloz carrera
a las fosas nasales.
V
Ahora el farol
se mueve incesante
emitiendo voces,
habla a ciegas
con la fuerza de Eolo.
Barre.
Así es, como empieza mi olvido.
VI
En el norte de África
se metía como una marea
en cada ranura de la cara,
se ocultaban las beduinas
tras telas de tapetes,
comer polvo del Sáhara
o taparse la boca,
es como pedir a la poesía
que se desnude
y sola quedar al azote
de un Levante
con unas vocales abiertas,
atónita a las conjeturas.
Esos son las estrellas,
la arena que voló al cielo,
de todos los recuerdos
que se la lleva
con la turbina de los aviones.
VII
Deja de mover el abanico
que molesta.
VIII
He amado, soy Acuario ascendente a Géminis,
una desairada
con portazos y norias de cubos y prismas.
No me avergüenzo de la burla ajena,
como los toldos nerviosos.
Te he amado.
A pesar del escarnio ciclón
que arrasó todas las hectáreas de mis muslos.
Sí lo confesé,
era cierto,
como el millón de flores, frutos y volantes
impresos en etiquetas de zumo.
XIX
Cada poro
es ahora el nido de una semilla,
pronto al cálido mayo,
amanecerá en tisanas.
Y cambiaré de color de pelo,
el olor del suavizante
y fregando la última baldosa
que quede con tu huella
abrir ventanas
para que seque.
Te amé huracán
pero al fuego
le arde la melancolía.
Te amé.
Sin dogmas ni estudios de mercado.
Fue vil
querer llenarte del serrín de mis incendios
por eso soplo
para frenar el paso
de los círculos
de papel con bolsa de plástico
y mi corazón molinillo.
No, no te amé.
Nunca aprendí a amar.
Volar como las rosa de los vientos.
Acuario.
Signo de aire.
Ascendente Géminis.
la gente se resguarda como los caracoles,
en cambio una, que es signo de aire,
le gusta sentirse partícipe
del intercambio de pólenes
que fecundan en la retina,
flores, frutos y volantes
entremezclados engendran.
II
En esta bacanal de esporas
siento como el árbol
con copa rebelde,
ante el azote de una ráfaga,
quiere arrancar raíces
y se queda en suspiro.
III
Fui
demasiado salada
para el mar.
Por eso ha muerto.
IV
Declarada como zona catastrófica
cada polvareda
que levanta faldas
y excita al molino.
Un desierto
sin arenal
que ha emigrado
en una veloz carrera
a las fosas nasales.
V
Ahora el farol
se mueve incesante
emitiendo voces,
habla a ciegas
con la fuerza de Eolo.
Barre.
Así es, como empieza mi olvido.
VI
En el norte de África
se metía como una marea
en cada ranura de la cara,
se ocultaban las beduinas
tras telas de tapetes,
comer polvo del Sáhara
o taparse la boca,
es como pedir a la poesía
que se desnude
y sola quedar al azote
de un Levante
con unas vocales abiertas,
atónita a las conjeturas.
Esos son las estrellas,
la arena que voló al cielo,
de todos los recuerdos
que se la lleva
con la turbina de los aviones.
VII
Deja de mover el abanico
que molesta.
VIII
He amado, soy Acuario ascendente a Géminis,
una desairada
con portazos y norias de cubos y prismas.
No me avergüenzo de la burla ajena,
como los toldos nerviosos.
Te he amado.
A pesar del escarnio ciclón
que arrasó todas las hectáreas de mis muslos.
Sí lo confesé,
era cierto,
como el millón de flores, frutos y volantes
impresos en etiquetas de zumo.
XIX
Cada poro
es ahora el nido de una semilla,
pronto al cálido mayo,
amanecerá en tisanas.
Y cambiaré de color de pelo,
el olor del suavizante
y fregando la última baldosa
que quede con tu huella
abrir ventanas
para que seque.
Te amé huracán
pero al fuego
le arde la melancolía.
Te amé.
Sin dogmas ni estudios de mercado.
Fue vil
querer llenarte del serrín de mis incendios
por eso soplo
para frenar el paso
de los círculos
de papel con bolsa de plástico
y mi corazón molinillo.
No, no te amé.
Nunca aprendí a amar.
Volar como las rosa de los vientos.
Acuario.
Signo de aire.
Ascendente Géminis.
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