Hermetismo

Deambulo por el laberinto que se forma
entre los espacios de las palabras.
Y en su recorrido
un gabinete de hechos
pueden hacer que frene o acelere.
Las ventanas bostezan.
Y la calle parece un leopardo
que según la disposición de las farolas
dan color a su pelaje felino.
Viernes de vueltas de faldas
y un transeúnte. Televisiones
que conforman una galaxia
de edificios con gas ciudad
intentando topar la senda
que guíe a la salida.
En este mundo de lunas y ludópatas,
para descubrir que quizás habitar el verso,
aunque ignoremos la dirección correcta,
es un vicio. Y confesar no exculpa
de cerrar los puños
al entrar en otra sala. Y terminar
el poema con vistas al Mercadona
sentada en un banquillo
para ser juzgada por los árboles
que apuestan sus hojas.
Los cristales de los coches,
reflejo del ayer
para repetir la ruta.
Y subir donde se baja
como un yoyó hiperactivo
para alimentar al ego
Y ser un poeta con cabeza taurina
privando la libertad de su alma.
En un galimatías del lenguaje
de sordidez y bicicletas
con hamburguesas pedidas por móvil
de piernas humanas.
Perdidos andamos
con la conciencia de los otros.
El único golpe
al laberinto de los muros de metacrilato.

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