Cabeza de ajo

La luna, que tuerca mal parida,
dispuesta en la noche
a enfocar nuestros descalabros.
Se mete en el canal
y se "pixela" a través de su reflejo,
como la cabeza de un ahogado parapléjico
incapaz de contar los peces
que faltan hasta el día.
Sé que las hierbas curan y matan
y que los leopardos visten
las manchas que nuestros ojos imponen.
Qué reír llorando es oficioso.
Y que este cansancio de incertidumbre
pasea por la casa desnudo.

Y si buscara al muerto que cobija
este satélite de talco.
Y pudiera hablar lo que una ilusión óptica
ofrece a los turistas desde el puente.
Venerar a más de un tórax
no es peor que ignorar el Amor.
Paciente cadáver que flota
y no es Venecia.
Luna de glorieta y del color del espárrago.
Qué sabe lo que ha sucedido
entre nosotros.

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