Tus ojos
Te han encontrado mis ojos, en mitad, del naufragio cuando las ratas campeaban entre los escombros, y las cisternas vaciaban su laxitud sobre el asfalto. La devoción a un imposible hasta que el sentimiento es un retrato de ramas anoréxicas para decorar la soledad del cruel hormigueo de las penas que, usurpadoras, ocupan la desmemoria. El descubrimiento tras los montes que ocultan los antros, la antropología viperina de una puerta golpeada con los huesos, nudos de ríos. Yo no creo en la casualidad de la botella de tequila en la ruleta lúdica. Resguardarse del amor para no volver a temblar por el abandono. Saciar la boca con el rodio de otra copa. Negar lo evidente. Saberme vacía de ti como una cueva artificial con halógenos.