Toromaquia
Me has abandonado,
en este zénit del laberinto.
Miniatura de espantoso cerebro
con un cuerpo escuálido y penoso.
Aquí, de rodillas, yo escuché
el aullido imposible por la roturas
de mis membranas
Temprano anhelo
hacia la salida de este corredor
de paredes.
Sola, marchita esponja laceración,
hospedaje de muros,
quiebro de presente.
No buscas la luz conductora
que te descubra el sol, la sal,
el eco distante
de los que exhaustos cavan,
bajo sus pies, el auxilio.
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