Tus ojos
Te han encontrado mis ojos,
en mitad, del naufragio
cuando las ratas campeaban
entre los escombros, y las cisternas
vaciaban su laxitud sobre el asfalto.
La devoción a un imposible
hasta que el sentimiento
es un retrato de ramas anoréxicas
para decorar la soledad
del cruel hormigueo de las penas
que, usurpadoras, ocupan la desmemoria.
El descubrimiento tras los montes
que ocultan los antros, la antropología viperina
de una puerta golpeada
con los huesos, nudos de ríos.
Yo no creo en la casualidad
de la botella de tequila
en la ruleta lúdica.
Resguardarse del amor
para no volver a temblar
por el abandono.
Saciar la boca con el rodio
de otra copa.
Negar lo evidente.
Saberme vacía de ti
como una cueva artificial
con halógenos.
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