Investigación detectivesca

Cuando te miro y noto tu destierro
costas de arenas negras se agolpan 
ante la comitiva balance.
En este cruel crédito
de tus manos como tarántulas
que buscan el túnel
hacia almendros dormidos de penitencia.

Te quiero en la entrega diaria
de esta correspondencia sin franqueo
con el bigote postizo, la peluca de nylon
y una gafas de patas de metal y nadie.

El fingimiento se ha convertido en un detective,
que quisiera deletrear todos los delitos
y ajusticiar la verdad más dolorosa,
que te quiero, en sello y falta de remitente,
en un rato donde tengo que destrozar
mis piernas para no saltar contra la luna.


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