Pintura Acrílica de Leroy

Te gusta el verde del color del té,

de la hiel del que estalla iracundo.

La ojera marcada que vigila

como una cámara en la calle,

con aquella pose de bondad 

que, de repente, vil se transforma

en césped,

en embudo de Ikea,

en la rabia de un doberman.

El sufrimiento reiterado 

que enmohecido

me pinta de acrílico,

matiz oleoso musgo, esmeralda o milicia.





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