Canicas voladoras

El corazón estalla anónimo

en un contenido incierto de canicas

por todos los lados operantes

dentro de esta maquinaria

recreativa en Benidorm.


Yo lo sostengo con fuerza

pero él grita al límite

de lo que desea el vuelo 

y vive amarrado  al estribo.


Entonces tomo el atavío,

rumbo incierto,

en una bicicleta estática.

Cierro los ojos.

Respiro igual que el papeleo a su tabaco.

Abro los ojos.

Estoy en el mismo precio

de la sutura

en esta carne viva cristalización

con rebote de huecos

de transparencia con el ojo de un gato.

Saltimbanquis 

hacia el futuro.





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