Cablemanía
Dime que este hilo invisible que nos ata
no es un despropósito
con la alianza de nuestras sombras
La cuerda de un alpinista
que se asfixia en un quiebre.
El hilo de cuero que recorre mis tobillos
que por muy lejano sufren tu cansacio,
y tus ojos son mis ojos,
y mi silencio la cuerda
que iza del pozal el agua corrupta
de los que sienten el arrastre
de las redes.
Un cordel tan frágil
que la mordedura de una sierpe capa
en dos extremidades
y sin embargo intangible
levanta el peso de la condena.
Sube ascensores.
Iza estandartes de colegio.
Se enreda entre la muchedumbre
en su oficio de ovillo desbaratado.
Yo que lo percibo alrededor de mi cuello
con la medalla de tu nombre
convertida en un ancla marina.
La subida y el descenso de las temperaturas
para obviar este maldito cable
que nos tiene suspendidos
en un teleférico de dudas y horcas.
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