Tras el Atlántico
A veces un salmón puede explicar
la voluntad férrea.
Y un peldaño mecánico,
en su bucle, la jornada laboral
de una vida que crece y se desintegra.
Tal vez, la necesidad
de sentirnos vivos
a través de secuencias,
que nos mortifican
en el ascenso y en la caída.
Un salmón de piscifactoría,
desconoce el color del campo.
Y la escalera muere en la encrucijada
de la dependencia operaria.
La historia no nos separa mucho de lo que
nos acontece en nuestra enmienda.
Luchar a contracorriente.
Depender de demasiados recuerdos.
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