Rana oferta
En el Corte Inglés
el semblante de los que suben y bajan
por las escaleras es hierático.
No hay oferta que mitigue
el estado sin conexión
de los que a espensas de la mecánica
posan por un instante
la mariposa cuerpo
para emprender un voltaje
entre vestidos jarras, tapices o maniquíes.
Es la cara de agosto
del calor hecho saliva
la oportunidad de los últimos precios.
Acaso el amor es una propiedad inmobiliaria.
Un bono en la bolsa mercantil.
La apatía del insecto roedor
detenido en la milésima
antes de ser devorado por la rana.
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