Dolor de oreja
A veces los oídos se anegan de cerumen silábico,
de la maldad que se atraganta
y espita frases inconexas
que tienen un claro ataque.
Esos seres amorfos
qué se atreven a medir el cauce
del torrente según su nivel de agrado.
Cómo se puede comparar
una hoja de árbol o de mata,
dos azules,
la altura de una montaña
desde un avión o una meseta.
Hastiada de las veces
que usan la maleabilidad de los objetos
para agonizar en un rato
y humillar la verdad del que tiene manos
de mendiga.
Asqueada de los niños bonitos
que dudan de todos porque no saben
más que emplear a la gente
perforando su oídos
y colgando de ellos un alambre
para adornar el abeto navideño.
Te prometo que la superioridad de una pulga
consiste en libar la sangre
y no mide más que un milímetro.
Así que la soberanía
te la puedes ahorrar.
Qué conozco el lema de Marco Polo:
-"Dime cómo tratas, cuando ya no necesitas".
Imagen "Le faux miroir" de René Magritte.
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