La fortaleza

La tos de un coche

saquea el álamo de aquellos templos

que, de hormigón ,observan un nuevo día.

Los colores van tomando la forma de los "astros-nautas"

y la fe, vestida de topos y aguadulce,

golpea con ahínco a tu puerta.

Ya sé, que soy una obstinada

que ni los insectos sin alas, ángeles de los desaparecidos,

menguan este amor de sigla.

Cómo quedar impasible al desbordamiento de tu río,

al olor de buzo, a la autodestrucción

del ser, a paso de cuchilla, tenedor y platero.

Que mis poemas cruzan la calle

hacia la senda de luz de tu desplome. 

Y golpeo con vehemencia hasta que se caen las manos de pena,

las uñas lloran,

mi corazón reblandece...para que abras y no arrastres  

la lacra que a todos nos guía

al matadero. No quiero llegar sola

a la marea, quiero que rompas la colina

y quemes las sábanas fantasmas que arropan tu ciprés.

Quiero, que abras la puerta. 

 Edvar Munch, "Le jour d´àpres"(1894-1895)


 

Comentarios

  1. Me llama la atención esa "puerta" metáfora del deseo y del amor a algo imaginado. Muchas veces cerrada, nos incita más a amar, a desear y nos hace vivir más intensamente, que abierta.
    Un abrazo. Enhorabuena por el poema, muy bien y en tu línea.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Gracias Julio,la puerta es en sí la persona que puede cerrarse o abrirse al mundo... El inconveniente es cuando se abre y se cierra constantemente. Gracias Julio, por tu apreciación; el karma fue beneplácito contigo, eras la persona adecuada para recibir la ilustración de "La complejidad de Electra".

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