Hope


Los brotes cínicos de una primavera

de prensa amarilla y ojos iguales 

a una luna en una fotografía de móvil.

De la pandemia con su guadaña

que decapitó la cabeza más dulce, la del amor,

No hubo resistencia para los cuerpos 

que rebotaban en habitaciones de cianuro.

El amor también se infectó

de la quietud de un pez muerto,

de peces expuestos en mercados de Tánger

con costras de arcilla para caer en una nevada febril

y convertir el agua en sangre.

Cuando el amor se muere, por un virus,

las casas se vuelven tiranos de guerra,

y tú tiemblas bajo la luz de un fluorescente

buscando aquel astrolabio

que te curaba de la soledad del box.

Cruzo las escuelas, y los niños en hordas

se contienen con precinto

de fábrica, y siento cada muesca de mis huesos

la pena de una infancia sin campos

que aniquila el germen amoroso de la vida.

Esta enfermedad que ha matado el amor.

Que hace que sostenga un pelo de camello

como si se tratara de la aguja esperanza.

Puedes recoger mi perfil y anudarlo a una fosa.

El virus de los que desean vivir sobre lo muerto

guarecen en los escombros, pero  yo,

radial he conocido el sabor fecal del que 

sólo le interesa trepar como un mono.

Después de Chernobyl nacieron entrañas flores. 


                                                       Pintura "Esperanza" de George Frederic Watts (1886)



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