Lecciones de costura

He aprendido del desconfiado
que conversa con su propio espejo,
qué los abrazos no se computan.
Y quién del tiempo hace balance
en la contabilidad absurda
de los caballos, tal vez, es mejor
que viva en su número
montado
para yo seguir cazando estrellas
que no se venden,
pero, que de la fe
un estandarte hacen.
Mientras la fuerza en estas piernas,
cruzaré a nado desiertos
y escalaré hospitales.
No puedo ofrecer más
que la pureza del corazón
que el diablo busca.
Un pan duro con un toque de sal
frente al bogavante
que murió en agua hervida.
Un tronar de rata
previo a la riada dantesca.
Un latido en alto
que vocea:
"Todo lo que tengo me cabe en un dedal"

Comentarios

Entradas populares