Estorninos, dónde estáis?

Puedo oler una ciudad
que no haya conocido,
porque el petróleo tiene
el mismo hedor en todas partes.

Revivir el paso con su sonido castrense,
tanto en el gris como en la arcilla
porque la subida y la bajada
determinan al golpe, al martillo, al flash.

Los pájaros, conocedores de países,
que coronan olmos y vigas de cemento,
saben más de la existencia
porque han observado al hombre
en su lascivo peregrinaje;
de sus costumbres destructivas.

Ellos, los pájaros, que huyen del terremoto.
Y de las olas de infarto.
Conocen a la humanidad
como los roedores mamíferos
que no aprendieron a volar.

Ll.Ll.

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