La buena suerte.
"y aunque sólo mi amistad yo le ofrecía, era mi amiga, pero yo la amaba."
José A. Buesa.
Has de saber que no hay luciérnaga
que no choque contra tu torso,
y yo del reino, soy la polilla que más obstinada
llevo de cabeza tu nombre.
Eres la herradura
que cuelga de todos los aperos labriegos.
La flor de la novia, antes de ser cortada.
El billete, que servirá para comprar
el vestido de un primer beso.
Eres la suerte. La tercera coronilla de Magno
y todas las caracolas convertidas en playa fortuna.
Si usted me quisiera un poquito,
donde nacen los lirios
en la mesa junto a unos recados
que quitan olvido.
En las ceras
de todas las frutas
de nuestros cuerpos.
Atienda a la paciencia de vivir cerca del mar,
con días locos
y planos cristales de luz.
Eres el hombre
que no he dejado ni un suspiro de nube
para volverme fragua
y llegar donde tu tierra
espiga a dentro.
Labios que en cabina de teléfono,
han convertido mi pecho
y manos que buscan el tacto móvil
esperando el retorno
de alguna de las dos partes..
Pequeña mariposa
que se posó sobre el vinagrillo
para ver curiosa
la anatomía de los amantes.
Un poema con el sabor
de todo miembro,
porque eres, aunque tú no lo creas,
mi bien soñado hombre.
José A. Buesa.
Has de saber que no hay luciérnaga
que no choque contra tu torso,
y yo del reino, soy la polilla que más obstinada
llevo de cabeza tu nombre.
Eres la herradura
que cuelga de todos los aperos labriegos.
La flor de la novia, antes de ser cortada.
El billete, que servirá para comprar
el vestido de un primer beso.
Eres la suerte. La tercera coronilla de Magno
y todas las caracolas convertidas en playa fortuna.
Si usted me quisiera un poquito,
donde nacen los lirios
en la mesa junto a unos recados
que quitan olvido.
En las ceras
de todas las frutas
de nuestros cuerpos.
Atienda a la paciencia de vivir cerca del mar,
con días locos
y planos cristales de luz.
Eres el hombre
que no he dejado ni un suspiro de nube
para volverme fragua
y llegar donde tu tierra
espiga a dentro.
Labios que en cabina de teléfono,
han convertido mi pecho
y manos que buscan el tacto móvil
esperando el retorno
de alguna de las dos partes..
Pequeña mariposa
que se posó sobre el vinagrillo
para ver curiosa
la anatomía de los amantes.
Un poema con el sabor
de todo miembro,
porque eres, aunque tú no lo creas,
mi bien soñado hombre.
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