Septentrional.

Que tendrá septiembre
con sus crucigramas;
un mes que huele a higuera
que abre el coto a los abrigos en tintorerías
y ruborizado se extiende en chaquetas.

El mes de las ausencias,
de cumpleaños de sala de parto,
donde hay un útero isla
y un niño de seis años
que espera detrás de la puerta.

Este cuadrúpedo de treinta soles
y lunas de agujero, tajo, ceguera y mentira
cuando un doce fui desposada 
como la anguila que pelan 
en el mercado.

De viajes como moléculas que pasarán continente
y reflexión avellana de pájaro
que busca la fruta de la caja del tendero.

Este mes donde conocí
al padre de mis hijas auroras,
que nació mi abuela,
que vio el esmalte de las uñas
caer en caspa suicida..

Donde tú eras río septentrional
y yo piedra decorativa
de un futuro escarnio.

El de la vendimia
y tanta otras

imposturas 

del alma.

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