LOS AMANTES ADEPTOS
Zapatos pequeños
se mojaron con la lluvia
y te aprietan las extremidades.
Y deseo que descalzo la playa asfáltica
subas los peldaños de los rascacielos,
eres grande como
los horizontes africanos,
las palmeras con párkison
en la avenidas de Cuba tras la borrasca.
Deseo que ingieras la cápsula
y ogro formes bolas de papel
y hagas nevar la metrópolis entera,
quizás pase un camión de Campofrío
y la gente agolpada baile a ritmo de taxi,
deseo por amor
que vueles halcón
nunca até las cigüeñas a los tejares
ni pretendo ser cadena de tu cuello luna
solo que ames en plexo solar
cuando tu mano se adhiere a mi vientre
y crezcas marea y asoles la ciudad entera
de mi archipiélago
hoy
qué importa mañana
ser un Poeta en New York
y que Lorca comparta pitillo en un metro albino.
Por amor deseo
que pantano desbordado seas
y que anegues arrozales con tu voz
entre bastidores
cree en ti
como yo creo
por ello
por todo
mi amor reniego
en un pasaje
a lo desconocido
no sufras por mí soy aquel faro de Alejandría
que solo la niebla
podrá ocultar de tus machos ojos
pero que brilla en un manual para entender las distancias.
Lluïsa Lladó.
se mojaron con la lluvia
y te aprietan las extremidades.
Y deseo que descalzo la playa asfáltica
subas los peldaños de los rascacielos,
eres grande como
los horizontes africanos,
las palmeras con párkison
en la avenidas de Cuba tras la borrasca.
Deseo que ingieras la cápsula
y ogro formes bolas de papel
y hagas nevar la metrópolis entera,
quizás pase un camión de Campofrío
y la gente agolpada baile a ritmo de taxi,
deseo por amor
que vueles halcón
nunca até las cigüeñas a los tejares
ni pretendo ser cadena de tu cuello luna
solo que ames en plexo solar
cuando tu mano se adhiere a mi vientre
y crezcas marea y asoles la ciudad entera
de mi archipiélago
hoy
qué importa mañana
ser un Poeta en New York
y que Lorca comparta pitillo en un metro albino.
Por amor deseo
que pantano desbordado seas
y que anegues arrozales con tu voz
entre bastidores
cree en ti
como yo creo
por ello
por todo
mi amor reniego
en un pasaje
a lo desconocido
no sufras por mí soy aquel faro de Alejandría
que solo la niebla
podrá ocultar de tus machos ojos
pero que brilla en un manual para entender las distancias.
Lluïsa Lladó.
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