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Mostrando entradas de marzo, 2024

Collage Lluïsa Lladó de Isabel Alamar

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  Muchas gracias, a la artista y escritora Isabel Alamar Torró ,  por la creación de un collage inspirado en mi persona y mi mundo. Isabel Alamar es una mujer muy generosa que lleva años dedicándose a la escritura, y a todo lo que implica la corrección de textos, reseñas... El arte pictórico y matérico, también forman parte de su expresión artística y desde hace años, ella homenajea y reinventa a través de su mirada caleidoscópica, a diferentes autores y autoras de géneros diversos.

Cobertura de crema

El tema del día son los teléfonos contenciosos  de las llamadas ambiguas: motear de manchas mohosas  en una divagación abstracta. Todo flamenco oral  se esparce por la red ferroviaria de timbres y megafonías. No basta con escuchar la voz del otro en un sarcófago,  ni el rechinar de los dientes  de la unión entre cables y enchufes. El corazón es el que debe conversar  y abatir la tarifa  del que mendiga un poco de pan  de voces y carátulas. Observo como alejas el auricular  porque detestas cada trino  de mi esófago. Nunca aprenderé que en la guerra  la cobertura vence  y una siente esta tarjeta SIM de su ánima  insertada al carrusel del interés y el desapego.

Baño de chocolate

He conversado contigo con el paracaídas de la tristeza, entre líneas telefónicas  de este país a otro nido extranjero. Tu voz cisne  que no percata el canje de la atrocidad de lo que tuvimos y ahora, se deshiela en Bélgica. Los amores locos  que escalan picos, la extracción del metal canario  para el alimento de la desquicia. Yo que te amé tanto, como amé a otro y se fue con el avión de turno  por el camino contrario. Tú revisas los andenes  y cuelas la pena  con tinajas de hilos y de radios conservas el diálogo de los heridos por arma alba  en el sacrilegio de lo que nuestros cuerpos arrestaran y en la mente no existe.

Ciudad y peine

Cruzas la calle y el aire despeina tu melena. La pisada que dibuja  el enjambre del ruido sobre el cemento  en esta hora que caricaturiza el presente. Tal vez, en esa vocal minúscula  del tiempo vespertino, un carguero choca contra un puente y los coches caen  como higos borrachos al silencio en una ráfaga. La calle aletea hojarasca y papel con la odisea de los segundos,  donde una mujer se precipita  en un impacto de agua y mi mano recorre el mechón, anárquico muelle,  del aquí y ahora. Cruzas la calle y el aire despeina tu melena Un carguero invidente  ha saciado su hambruna  con la violencia sonora  de un metal buzo, cuerpo prisión, del vómito de la calamidad. Mientras las guerras suceden. Y los pasos se aceleran en un remolino de frenético movimiento.  El semáforo se ha puesto en ámbar y una catarata de hierros caen.  Todo compite por el lugar correcto. Despeinas la calle y el aire cruza tu melena

La puerta

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Yo sé que detrás de la puerta, existe un jardín de geranios y hasta una fuente de litros de gasolina. Tal vez un amor hidrófugo con el latido de un amanecer en la columna y un diapasón que recordara la postergada belleza que me recorre. Pero me quedo como un tronco malherido por el rayo dominical, observado como una arruga la vida que niego a albergar en mi pecho. Vivo en esta trinchera de mallas que cicatrizan en heridas de nula acción, brote de palabras, que me bloquean ante la entrada de un paraíso que me he prohibido. Soy la manzana podrida. El beso ciego que hurga entre la tierra. Un poema moho del mundo con la escapatoria  de cruzar la puerta, lejanía del miedo. Y no me atrevo. Y estribillo anudo las piernas, para volver al mismo origen del aullido de un árbol.

Firma Etiqueta Roja FNAC - Castellón

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  Soy una poeta médium, ni grande ni pequeña, a la que le me gusta crear recuerdos y compartir vivencias. 22/03/2024 de 18:00 a 19:30 horas.

Dictamen

Te observo, pájaro alado, y no te reconozco, en la insistencia sagrada del amor, cuando cambia el sentido con la exploración  del uñero, la suela que se desgasta  con su vaivén en el trascurrir. Caminas por montes, aceras y helipuertos. Brincas por zanjas, gasolineras y acequias. Sueñas en la prescripción escrita  y tomas aire  para elucubrar la hermosura de los momentos que hemos vivido juntos y te quiero.

Fuera de coordenada

Una tiene derecho a callar, a no devolver el poema  ni deber un centavo. A no responder ni siquiera al saludo del viento entre las ramas. Olvidar el móvil en un cajón amarillo, quitar la cobertura  para arrebatar el tejado a la vivienda. Cerrar la conexión  y hablar con un libro, frente a frente. Una tiene la responsabilidad y la elocuencia de obviar el retorno,  de amputar la línea,  de corresponder con brazos y piernas  y no con los avatares  de disfraces venecianos. A no ser nada y escupir la respuesta  en una taquigrafía muda. Esta inmediatez corrosiva  de petardo entre las manos,  la necesidad del fotograma,  el estado aparente, la frase locuela. Sí, una posee la libertad  de mandar a la mierda (perdón) miríada.

Silencio de arce

Este silencio de arce de fotografía, con su osada inmovilidad a cercenar la palabra  en un afluente. La duda táctil de tu ojo hilvanando sastre el olvido  que en mi cáliz se ha trastocado en una lágrima. Esta melancolía que asesina el paso, el paso salvaje de los jinetes  hacia esta pena con gusto a requiebro. Bosque absurdo en un portarretratos. La palabra desbocada que en un alarido recorre la autovía. Luna de pasta, hoja de cuero, almizcle de sal y un inagotable afán de vida. En el silencio sofá, en la cadena cadera y enseres variopintos que convierten la noche en un selfie porque te echo de menos  herradura, espuela,  y tatuajes de la radiografía  de los que han decidido  ser un árbol en un paquete eólico.

Andrajos

Hoy he perdido una llave,  la llevaba maniatada a un trozo de hierro. Sus dientes de avispa  eran el candor de la abertura, siempre reconfortantes  al giro preconcebido  para abrir una vieja puerta. Al principio el enojo cuajó  en un intento cruel de demoler al medio, con el renacuajo temporal  para tomar la cerradura  y con grasa embadurnar las bisagras con la alegría de los colibríes. He perdido la llave  y tosca aprendí que el rodeo por la charca es el camino estipulado, con su mandíbula de abanico el desaire atroz de la autoexigencia como un metal que osa a imitar  la forma de las cosas y con la creencia incauta  que es el ligero globo  de aire  que  cae estrépito hacia el hueco de todos los ascensores del mundo. Una, incómoda, acepta el extravío. Pone límites y llora.

Los días claros (Ediciones Deliciosas) y Karmele Ruíz de Gopegui

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Existen días en los que el cielo nos deslumbra con su luminosidad; durante segundos, un halo blanco y brillante nos ciega. Es la misma sensación de la búsqueda de un recuerdo en la memoria, el cual huye y se traslada a aquellos lugares donde fuimos felices y, sobre todo, guarda la complicidad de aquellos seres queridos que amamos y que el tiempo nos arrebató. El libro "Los días claros" de Ediciones Deliciosas (Nares Montero) de la autora Karmele Ruíz de Gopegui, es un libro cómplice de la vida de la autora, que homenajea aquellas ráfagas de luz que nos teletransportan a la exaltación poética de la niñez a través de los cinco sentidos y el homenaje a los totems de su familia. La dicha queda eclipsada por la rapidez de los sucesos desencadenantes, en flashes de evocaciones descriptivas que, en ocasiones, se convierten en pérdidas físicas solo resucitadas a través del ejercicio poético, el cual también nos narra con su prosa paisajes de vacaciones o hechos concretos y secuencias...

Aguacero

Aguanieve de la palabra de auxilio con la quimera de las superficies, que te extingues en tu lunar suicidio. Recaida de la deliberación meteorológica: el desvanecimiento de los dioses, tú sabes, que jamás tendrás la entereza de la nieve, asfixia sobre el verde. Tomas el relevo de la anécdota entre este diálogo de ramas y piñas bajo el diluvio amorfo de la gota sólida y muda  No perteneces a ninguna alianza, sino a las alimañas del destierro que hurgan entre la hojas,  lejos de la colombofilia  saciada del adjetivo.

Firma Lluïsa Lladó by Etiqueta Roja- 14-03- Librería Argot

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La verdad, será un encuentro humano y sencillo, repetiremos abrazos y saludos, y si alguien tiene el libro sin firma, aunque sea de otra jornada, yo estaré encantada de la vida de dedicarlo. Conversar, compartir y aprender serán mis premisas. Si la vez anterior compartí diseño de Mallorca, está vez habrá repostería de la terreta y el diseño con el aroma de las flores del perfumista Sid Martens , en forma de fragancia, para las personas que adquieran el libro Etiqueta Roja 🍎. ¡Magdalena, festa plena! 🎇🎇🎇🎇

Presentación "La Teja" by Jorge Ortiz Robla.

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"El ojo: esfera nervada, palpitante y enferma. El ojo, redondo como el mundo. El mundo, pequeño e insignificante como un ojo. El ojo, tus ojos, los que leen ahora". Poema del libro Presbicia (Baile del sol) de Jorge Ortiz Robla  Muchas gracias a las personas que esta tarde han compartido un momento de su vida, con este magnífico poeta y su libro "La teja" (Ediciones Esdrújulas). A Isabel, Rosa María, Àngels y María José. A la hospitalidad de la Librería Argot. A la poesía que teje, y no desmadeja.