Añora
Te miro a los ojos y pareces un campo de hierba dormida
basculante hazaña de iris
la primigenia
del hálito de una esperanza alcohólica
al devaneo constante
de tu ir y reír
en tu mudo desatado
alianza de boca erosionable
al mendigar un beso maniatado de palmito
Echo de menos en cada articulación
y gritar en esta impostura
la verdad de cuervos grises
entre ámbares y pizzas congeladas
Tú apareces como un campo niño de fútbol
para los reclamos de mis ansias
con la destreza del mosquito ante la vena.
Te quiero abrazar.
Bufanda, borla y corbata.
Tus ojos se asemejan al punto seguido
de una frase y ascensor.
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