Brasa
Un carbón naranja
que derrite la nieve.
Así tu voz clama sobre la piel.
El latido más cayado.
La esperanza agridulce
de los que con fisuras
somos las catedrales del mar.
El oleaje candado,
las rocas herraduras.
Con el pecho desnudo
hacia los amaneceres.
En los momentos de la aflicción
continente tu lado como un muro.
De enredaderas
e insectos volátiles.
Pixeliza.
La primavera desenmarañada
de diapositivas.
Me colma aguardiente
en un espejo.
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