Bahía
Tú que presencias el oleaje
y deseas con tus fuerzas
detener el ahogo.
Levantas los brazos
con la intención de someter al tempo,
mas se convierte en una cobra
dispuesta al ataque.
Soplas con los pulmones de Poniente
achicando su hambre
para proteger de los temores humanos.
Esos que son retorcidos de coral
quistes de orilla
racimos en tu boca y que naufragan
de un lado a otro.
Las piernas jirafas
para acariciar el lomo de espuma
de tan alta condena
no sería una mueca más
del vaivén
logístico.
Qué voy hacer si uso mi cuerpo
para frenar tu caída.
Y contusión perfila
la entraña
del que recoge al gato suicida.
Mujer red de corazón Android.
Una merma delante del temporal.
En playa del norte.
Pero soy así desde niña,
siempre salvé el terror de su propia agonía
y lloraba en folios
la dejadez de la marea:
-Huuuuuushhhhh brummmm.
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