La familia
Qué tristeza heredar una caja vacía y a la vez colmada de despropósitos de la memoria intacta del gen querido. Que traspasen a la acera de tu casa, un negocio con pérdidas. Y bolsillos de agujero. Y agujas sin ojo. Cómo enarbolar un dolor que nos explica que las afrentas familiares no pueden durar más de cien años. Pero si convertirse en una hendidura bajo la gota del grifo. Y seguir doliendo a pesar de la ausencia. No hay respuesta para un acto que aconteció de la locura. Acaso, si tu vida corre peligro, en un incendio tú no saltarías hacia cualquier ángulo de la página.